Soy un ente
con aliento de vida,
como una flor que gime de vez en cuando.
Existencia como una línea
como una patética parábola
sin futuro,
como una flecha sin arco
que pasa por entre
los rayos de sol.
Desciende todo en mi,
hacía la huida
por el largo precipicio.
Cada aliento que expiro,
son como las muñecas
que rompen cabezas
y a la vez agitan el pañuelo del adiós.
Bajo, vuelo
el tiempo que transcurre es pasado,
el tiempo que cada vez sube es quieto
y yo consecuencialmente bajo.
miércoles, 15 de agosto de 2007
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