El brillo de tus ojos
recuerda la oscuridad
de la habitación,
los cuerpos olvidados
entre nosotros
unos extraviados labios
el uno contra el otro.
Perdidos
nos hundimos
en colchones de arena
bañados por la luna
trás la descorrida cortina.
Exánimes
pasamos nuestros pies en la playa,
y caminamos
sin aliento
juntos.
lunes, 1 de octubre de 2007
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