La noche inundo tus ojos oscuros,
objetos perdidos de la alcoba.
La noche se quiebra en lo profundo
del espejo,
en la lejanía que me distancia
de los perros que mueren de frío allá afuera.
Las hojas de la noche cubrieron la ventana,
y se encendió el mundo en tu cuello.
jueves, 4 de octubre de 2007
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